Son 30 años… es como el cientista político, socio de CADEM y Magister en Comunicación Estratégica, Roberto Izikson, tituló el conversatorio organizado por para dar cuenta de la contingencia nacional desde la visión de un especialista y, a cuyo encuentro asistieron más de 70 personas.

“Ante la crisis que afecta al país, la Cámara, en conjunto con la Embajada de Canadá, realizar esta convocatoria para poder entregar a nuestros asociados información con mejores bases, porque creemos que ésta no ha sido la más veraz y oportuna. Basta con ver la cantidad de fake news que han debido ser desmentidas posteriormente para darnos cuenta que ha habido una falencia y la ciudadanía merece y necesita estar mejor informada; lo mismo los inversionistas extranjeros”, enfatizó Pablo Herrera, Presidente de la cámara.

En su exposición, de un poco más de una hora, nuestro invitado especial, Roberto Izikson, Gerente de Asuntos Públicos y Estudios Cuantitativos de la empresa de investigación de mercado y opinión pública, entregó antecedentes que dan cuenta respecto de qué es lo que pasó el 18 de octubre y cuáles han sido sus consecuencias, a la vez que reveló interesantes datos al hacer una retrospectiva política, social y económica de los últimos 30 años en Chile, contexto que busca explicar cómo llegamos a la actual situación.

Lo que ayuda aentender el Chile de hoy tiene que ver con cómo el país hizo la transición de un país pobre a un país de clase media.

En los años 90, Chile tenía un PIB de alrededor de USD 2.500 per cápita, sin grandes diferencias con la riqueza y crecimiento de los países de Latinoamérica. Hoy nos encumbramos sobre los USD 26.000 per cápita, 10 mil dólares más que el resto de la región. El crecimiento económico permitió la reducción de la pobreza. En la década de los 90, uno de cada dos chilenos estaba bajo la línea de la pobreza y hoy es uno de cada diez. Crecíamos, reducíamos pobreza y la desigualdad comenzaba a retroceder, lentamente, pero íbamos mejorando. ¿En qué se tradujo? En que el 89% de los chilenos en noviembre de 2018 se manifestaba feliz con su vida. El bienestar subjetivo que existía en Chile es más alto que el promedio de la OCDE. Esta transición de país pobre a país de clase media creó un nuevo perfil de chileno, un nuevo consumidor que se enfrenta al mundo de una manera completamente distinta.

En nuestro ADN el sentimiento nacional es que el chileno es una persona de esfuerzo, de mérito, donde la transición de pasar de ser pobre a clase media, la ha logrado en base a su propio trabajo, que le ha permitido salir adelante y que, de alguna manera, el y el mercado le han puesto trabas, ya sea por una percepción de abuso, corrupción o por falta de oportunidades.

“Por ello se ha empoderado, – fenómeno que está pasando en todo el mundo−, es muchísimo más exigente y de satisfacción inmediata. Tanto así, que el Congreso, frente a esta crisis no tenía más de 48 horas para aprobar el acuerdo más significativo que ha tenido el país en 30 años,” explica Roberto Izikson. “Y como transitamos de un país pobre a uno de clase media, ahora queremos ser un país desarrollado. Las expectativas son nuevas y permanentes: quiero más salud, más educación, un sistema de transporte público y un mercado como el alemán y ésa es la expectativa que se había incubado en este país. Porque, aunque se hayan cumplido las expectativas, estoy nuevamente insatisfecho y ya tengo expectativas nuevas; es un continuo permanente”, agregó.

“La pérdida de la relevancia de la política y de la religión han elevado el pragmatismo de este nuevo ciudadano: un chileno consumista y abierto al endeudamiento”, explica. En el Chile de los 90´s no existían más de 100 mil tarjetas de crédito, hoy son más de 12 millones. Por lo tanto, hay un ciudadano endeudado, lo que genera stress, las cuentas hay que pagarlas. También está más Informado y está interconectado, a través de su Smartphone, −ocho de cada diez celulares son teléfonos inteligentes−, y como, casi ya no hay revistas y la gente no lee diarios, éste se informa a través de 140 caracteres de lo que está pasando en el mundo. “Creemos que sabemos de muchos temas, pero la calidad de la información es mucho más limitada”.

 

Una nueva generación

Hemos incubado una nueva generación que quiere cambiar Chile. Una nueva generación (de entre 15 a 35 años) que es la generación del crecimiento económico, de la abundancia. “Si en el Chile de los 90´s nos moríamos de hambre, hoy nos morimos de obesidad.”

“Estamos viendo a una generación que no le tiene miedo a nada, no le tiene miedo al poder, a la autoridad, a los límites ni a las reglas. El eje izquierda y derecha ya no sirve para explicar las posiciones políticas. Pueden tener la duda entre Lavín y Jadue”, −exclama−, y uno queda pasmado. Ambos son alcaldes, hacen cosas concretas y son cercanos. La izquierda/derecha ya no es un factor para explicar un proceso en la toma de decisiones.”

La política para ellos, ya no es el camino para solucionar conflictos. La movilización se ha transformado en un objeto en sí mismo para la solución de sus conflictos. Las redes sociales son un camino. “Lo que ocurrió en la marcha del personas fue una movilización inminentemente de gente joven, seis de cada diez eran jóvenes; los mayores de 55 eran dos de cada diez. De ellos, sólo el 35% estuvo de acuerdo con el estado de emergencia, en mayores de 35 años, era un 60%. Por lo tanto, tenemos una generación joven que estuvo en contra de la presencia de militares en las manifestaciones versus todo el resto de Chile que sí estaba a favor de su presencia. Por otro lado, cuatro de cada diez jóvenes legitima el uso de la violencia en las calles como objetivo para conseguir cambios políticos. Sin duda es uno de los grandes temas que tenemos que resolver. En mayores de 55 años cae a uno de cada diez.”

Otras características de la generación que quiere cambiar Chile

El 55% de los jóvenes (15-35 años) se declara estresado con su vida y es una diferencia muy significativa. Es una generación que trabaja para vivir, no vive para trabajar. Sólo un 17% ve el trabajo como la actividad para realizarse como persona. El trabajo es un medio para poder realizar otras actividades. Ocho de cada diez jóvenes declara estar endeudado; entran al sistema endeudados. También es una generación muchísimo más liberal. A favor del aborto libre, el matrimonio homosexual, la adopción homoparental. La marihuana ya no es un debate.

 

Aprobación del Presidente

A nivel de la percepción de la ciudadanía en general, −no sólo de esta nueva generación−, y que nos permite entender por qué fueron los 30 pesos, −pero que, en definitiva se refería a estos últimos 30 años, − y no otros hechos que se produjeron antes, tales como el conflicto con los medidores, el caso Caval o el alza de las contribuciones, situaciones, es porque hay una crisis significativa de confianza en el poder. “Y estaba sobre la mesa. Desde la baja en la aprobación presidencial –poder ejecutivo− hasta una desconfianza transversal en el poder económico, policial, la fiscalía, tribunales, el poder legislativo o el poder moral (la Iglesia Católica), las amenazas estaban claras desde hace tiempo: la desigualdad, la desconfianza, percepción de abusos y corrupción. Como botón de muestra: el 84% de los chilenos cree que las empresas abusan de los consumidores, el 70% cree que hay mucha corrupción y el 88% desconfía o tiene insatisfacción de cómo funciona el sistema político. “Los gobiernos no han sabido administrar las expectativas que ha generado el crecimiento económico y la confianza de los consumidores en la economía. Estos dos factores nunca habían estado tan bajos en un gobierno de Piñera como antes de la crisis del 18 de octubre,” explicó

“Es cierto que ha habido más crecimiento y más confianza que en el gobierno de la presidenta Bachelet, pero a ella no la escogimos para el crecimiento económico, la escogimos para “otras cosas”. En cambio, éste es el gobierno “para los tiempos mejores” … que suponía crecimiento económico, generación de empleo, aumento del sueldo, por lo tanto, más gasto y mejor calidad de vida. Y nos vimos enfrentados al crecimiento más bajo y gran desconfianza de los consumidores … el crecimiento de los hogares se frenó prácticamente a cero (primer trimestre).

La ciudadanía estaba estresada por el nulo discreto crecimiento, la promesa respecto de la promesa de “tiempos mejores” no había llegado y la movilidad, en que finalmente se sustenta nuestro modelo, tampoco se estaba percibiendo. Esa movilidad en que estamos mejores que nuestros padres y ellos mejores que sus propios padres, como también nosotros mismos respecto de nuestra situación 10 años atrás. En tanto, desde el 2000 en adelante venía reduciéndose en forma significativa y permanente la desigualdad, pero en algún punto se hizo más lento.

En definitiva, todas estas causas multifactoriales, hicieron que el descontento social creciera y Chile despertó…

Estamos al borde de un precipicio, porque ésta es una crisis −la más significativa en 30 años− que tiene varios lados: está la dimensión de la violencia, la política, la económica y la cultural, determinada por un cambio generacional.

Las encuestas arrojan que un alto porcentaje de la ciudadanía está consciente que vienen tiempos difíciles, sin embargo, están de acuerdo con las movilizaciones, porque sienten que se han conseguido mejoras, tales como el alza del sueldo mínimo, revertir el alza de tarifas, precios de los remedios, así como la realización del plebiscito en abril de este año.

Las movilizaciones han sido contra toda la clase política. Los políticos han perdido.

Por otra parte, el mundo empresarial ha dado señales positivas, moviendo el cerco, leyendo el descontento social. El mundo empresarial ha demostrado que le importa lo que está sucediendo y ha dado señales correctas a sus trabajadores.

Necesitamos establecer un nuevo trato con la ciudadanía, alcanzar un nuevo Chile que permita superar la desigualdad y la desconfianza hacia el poder.

“El proceso de recuperación en el ciclo de este gobierno tardará en llegar, pero va a llegar. Se va a atrasar, pero no sabemos cuándo llegará. Esperamos que pronto comience a salir el sol…..”, concluyó Roberto Izikson.

 

Mensaje para los asociados

En este mismo sentido, Pablo Herrera, comentó que otra de las iniciativas de la Cámara, respecto de la crisis por la que atraviesa el país y la incertidumbre de nuestro futuro, cinco cámaras binacionales sostuvieron un encuentro con el Ministro de Economía, Lucas Palacios. Pablo Herrera destacó que “debemos estar tranquilos. Hay un relato y consecuencia. Pedimos una comunicación más fluida para informar a nuestros inversionistas y a los empresarios que están en Chile en cuanto a una entrega de información fidedigna y oportuna que emane desde entes gubernamentales. Se está generando un canal a través de InvestChile y Ministerio de Economía y queremos hacer llegar esa información a nuestros asociados, al mundo empresarial, sobre todo por la importancia para el gobierno que esta inversión permanezca en el tiempo. Los mantendremos informados”, concluyó.